Nos jugamos mucho

Hace poco más de un mes, el pasado 28 de mayo muchas y muchos decidimos acudir a las urnas, cumplir con un derecho y -siempre digo obligación- del que podemos disfrutar gracias a la lucha de otros tantas y tantos que que alzaron la voz por garantizar nuestra capacidad, como ciudadanía de elegir quiénes nos representarán en las instituciones. Ejercimos nuestro derecho al voto.

Apenas unas horas después, casi 24 horas después, Àngels Barceló, directora del Hoy por Hoy de la Cadena Ser se hizo viral por una reacción, un gesto que no sólo nos igualaba a ella a todos los profesionales que acabábamos de poner el punto y final a una campaña electoral que -hace ya años- no se limita a los 15 días. Creo que nos representaba a miles de personas que no dábamos crédito, al igual que la periodista catalana: Pedro Sánchez acababa de convocar unos nuevos comicios, de nuevo tendríamos que votar en apenas dos meses, el 23 de julio.

Levantamos los brazos como hartos, como aburridos … no porque no creamos en el derecho del sufragio universal -por favor, no- si no por ser conscientes de que éramos de nuevo rehenes de las estrategias y pactos políticos que permitan rascar a las fuerzas concurrentes, a las que se supone que han de defender nuestros derechos como país y nuestros intereses como ciudadanía, hasta el último voto que les permita lograr la cifra necesaria para hacerse con el control del gobierno.

Alzamos los ojos al cielo porque sin todavía haberse constituido las recién elegidas corporaciones municipales nos veíamos inmersos en una nueva campaña en la que nos jugamos mucho, muchísimo como sociedad.

El PP, que sigue ganando puntos en las encuestas, se ha quitado la careta y donde antes prefería mirar para otro lado, e incluso negarse a aceptar determinadas cosas, ahora por asegurar un gobierno se olvida del mantra tanta veces entonado de que gobierne la lista más votada. Porque la tentación de poder gobernar es demasiado fuerte y si para ello hay que permitir la entrada en el gobierno a VOX, la ultraderecha… !adelante¡

Y poco a poco se pretende vender como normal – NO LO ES– que la violencia machista desaparezca como tal y en su lugar hablemos de la violencia intrafamiliar. Aparecen las concejalías de familia frente a las de Igualdad que se entierran porque los derechos que defendemos y hemos logrado en los últimos años en ese campo «pican» y mucho a los hombres que dirigen estos partidos. La cultura dejará de tener una concejalía propia porque… ¿para qué vamos a defender un sector tan importante como este? ¿Cómo vamos a posibilitar un pensamiento crítico entre la ciudadanía? La censura gana espacio, de nuevo, en nuestro entorno.

No claro que no, en su lugar la promoción de la tauromaquia -con un torero al frente de una vicepresidencia- y apoyo al fútbol, como también a la religión, valores con los que sin duda se identifican estos partidos que aseguran ser modernos y no tener nada que ver con tiempos pasados.

Nos jugamos mucho, muchísimo una vez más. Los partidos pelean entre ellos no pensando en el bien de la población a la que van a representar, claro que no. Se pelean por la porción de tarta de más grande de poder, de dedicaciones, competencias y delegaciones que asumir. Poder, poder y más poder aunque en esa lucha tediosa y eterna pierdan cada vez a más votantes, desilusionados con el papel de sus representantes; desencantados con una política que deja cada día mucho que desear.

Y frente a ese hastío -más con una convocatoria en pleno mes de verano- la desmovilización de miles de ciudadanos y ciudadanas que no llegan a pensar que es posible que gobiernen otros -que nunca criticaré como defensora de la democracia- pero ojo, ¿a cambio de qué?

No perdamos de vista Baleares, Aragón, Valencia, Castilla-León … y muchos más gobiernos que se están conformando a nuestro alrededor a costa de negar la violencia de género, invisibilizar y denostar los derechos LGTBIQ+; anunciar la derogación de leyes tan importantes como la del aborto, la eutanasia, la memoria histórica… y solo están empezando.

Sí, tal vez resulte cansado tener que votar de nuevo. Tal vez estemos desilusionados pero… este 23 de julio nos jugamos mucho, muchísimo.